La historia de esta edificación en Bucaramanga es un testimonio importante de la evolución y desarrollo de la ciudad a lo largo del tiempo. Desde su inicio en 1898 hasta su finalización en 1911, pasando por el periodo de suspensión durante la Guerra de los Mil Días, refleja las dificultades y desafíos que enfrentó la región durante ese período tumultuoso de la historia de Colombia.
La función original del edificio como parte del colegio San Pedro Claver, gestionado por la Compañía de Jesús, subraya la importancia de la educación en la sociedad de la época y cómo se invirtieron recursos en la construcción de un espacio educativo de calidad. A lo largo del tiempo, su uso se diversificó para albergar a diferentes instituciones educativas, como el Colegio Santander, Nuestra Señora del Rosario y el Aurelio Martínez Mutis. Esta evolución ilustra cómo las necesidades educativas y la demanda de espacios académicos cambiaron en la ciudad.
Además de su función educativa, el edificio también desempeñó un papel crucial al albergar la Biblioteca Departamental y la Asamblea Departamental. Esto indica su importancia no solo como un centro de educación, sino también como un lugar de intercambio cultural y político en la región.
La declaración de Monumento Nacional en 1995 se suma a su relevancia histórica y arquitectónica, destacando su estilo arquitectónico republicano, que es un patrimonio cultural importante. Su posterior adquisición por la corporación Centro Cultural del Oriente en 1999 subraya su transformación en un espacio cultural y artístico que sigue siendo parte integral de la identidad de Bucaramanga.
En resumen, esta edificación no solo es un monumento arquitectónico, sino también un testigo de la historia y el progreso de Bucaramanga, que ha evolucionado con el tiempo para adaptarse a las necesidades cambiantes de la ciudad y servir como un símbolo de su memoria colectiva y su identidad cultural.
Promueve la participación de niños, jóvenes y adultos de la ciudad en actividades relacionadas con la música, el baile, la lectura y la historia. Actualmente, alberga diversas instalaciones, como el Museo Militar Batalla de Palonegro, la Biblioteca Infantil Yolanda Reyes, la Escuela Municipal de Artes y Oficios (EMA) y la Ludoteca. Estas instalaciones ofrecen una amplia gama de oportunidades educativas y culturales para la comunidad, desde la exploración de la historia militar hasta la promoción de la lectura y el aprendizaje a través del juego."
